Atrapa la bola

juampi bola

No soy el típico futbolero argentino. Soy bastante neurótico y esquizofrénico -además- con el fútbol.
De chiquito fuí de Boca, iba a la bombonera porque venía mi tío de Tucumán y me llevaba. Y todas las veces que fuí a la cancha a ver fútbol (menos una) fué sólo porque mi tío me seguía llevando cada vez que venía de viaje.

Una vez fuimos al estadio de Ferrocarril Oeste con un amigo de mi tío dirigente del club, y otra a Mar del Plata a ver no sé a quién ni qué copa, pero sí recuerdo que tenía tal diarrea que fué la primera vez en mi vida que hice uso de una letrina pública. En ese mismo viaje me saqué una foto en la playa con mi primo y Miguel Ángel Brindisi, aunque no tenía mucha idea de quién era.
Por aquella época empecé a ir a una escuela de fútbol dirigida por Maxi Vernasa, un as de la bola que jugó en River allá por la década del ’50, y el único dato que sé de él es que tenía tal potencia que quebraba los travesaños con sus chutazos (en aquella época los arcos eran de madera). En la escuela duré muy poco, no andaba muy bien en ningún puesto, cuando la cabeceaba me dolía la cabeza y lo que mejor me salía era correr rápido, quizás debería haber probado de Wing en alguna escuelita de Rugby.
Pero como yo quería más a mi otro tío que vivía acá (y quizás entusiasmado por el historial de mi profesor) me hice de River (estadio al que asistí por primera vez a ver el festival de Amnesty Internacional)
Alterné entre un equipo y otro no sé cuantas veces hasta que en el noventa y pico con mi amigo Ariel Sanchez decidimos hacernos de Racing (no estoy muy seguro que haya sido así ni tampoco el porqué, aunque mi abuelo era de Racing, así que esa sería una buena razón complementaria)

La única vez que fuí a la cancha de Racing fue para ver a los Redondos y nunca fuí a ver jugar al equipo del que aún hoy me digo hincha, aunque mis amigos Humphrey y Luciano de vez en cuando me dicen «Y Pol, ¿cuando vamos a la cancha?» y yo le contesto siempre con un riguroso «Dale, tenemos que arreglar».
Pocas veces sé cuando y con quién juega La Academia aunque hubo torneos enteros que los seguí por radio y TV. No sé actualmente quién dirige al equipo ni quienes juegan (sí ya sé me fijo en Google y ya obvio pero quiero decir que no tengo ni la mas puta idea)
En el mundial ’78 fuimos con mi viejo a ver España-Suecia (un embole) al estadio de Velez Sarsfield porque su jefe le regaló las entradas que a su vez le regalaban a él (el hijo de puta se quedaba las de Argentina y regalaba las otras). El único recuerdo que tengo del partido es el de un gallego atrás nuestro arengando a su equipo y gritándole a un jugador: «Vamosh Juanito, que no eshtash tomando shol en Madriiií»
Tampoco nunca me gustó mucho jugarlo, nunca fuí muy bueno con la bola -mi paso breve por la escuelita lo confirma- aunque a finales de los 8o fuí capitán del Estirpe y Disciplina, equipo que habíamos formado con mis amigos (Ellos me quieren. Nunca hicieron objeciones acerca del capitanazgo). Si hacía muchos goles era sólo porque me quedaba paradito al lado del arco y apenas me la pasaban la clavaba adentro.
Años después jugué varios campeonatos internos en La Chilinga (de los cuales me quedó como recuerdo una pequeña cicatriz que llevaré por siempre en la ceja) pero casi nunca me la pasaban y cuando había partidos «serios» no me llamaban (con lo cuál yo estaba completamente de acuerdo)
Hacé ya varios años que no juego, me quedaron un par de golpes en las piernas y un dedo que al primer pelotazo de puntín queda out automáticamente (out-omáticamente).
Pero me gusta mucho cuando llega el mundial, ese momento en el calendario que va marcando también el paso de nuestras vidas. Lo espero con ansias y lo disfruto siempre. Me parece que ahí se juega un futbol mas interesante que el que se ve semanalmente por aquí, el cual suele aburrirme sobremanera por más que me esfuerze. Me gusta ver los goles del fútbol europeo, me gusta Brasil, y me gusta porsupuesto la selección nacional, sub 20 o post 30.

Cuando tenía algo así como 8 años estaba jugando a la pelota con un amigo a la vuelta de mi casa y de un patadón la mandé a la vereda de enfrente. Se la pedí a los gritos a un chico que pasaba justo por ahí y él en vez de patearla se dispuso a cruzar la calle para alcanzármela o quizás venir a jugar con nosotros, pero mientras esperaba para cruzar, un colectivo de la linea 188 lo aplastó contra un auto y la pelota llegó solita hasta mis manos.
Salimos con mi amigo corriendo a mi casa, pálidos y sin saber que suerte había corrido ese chico que lo vimos por última vez tirado en la calle bañado en sangre.
Tengo el recuerdo de que me la pasaba diciendo que al chico lo habían atropellado por mi culpa, y esto quizás explique muchas de las cosas escritas arriba…

14 pensamientos en “Atrapa la bola

  1. Comparto esas sensaciones futboleras de la infancia. De chico siempre fui de River (hasta el dia de hoy) mas por mandato paterno que por otra cosa, pero asi y todo aprendi a gustar de ese futbol.
    Es cierto que con Pol fuimos de Racing durante una temporada, pero creo que se debia mas a una cuestion de solidaridad amistosa y de compartir lo que se nos ocurriera (como de hecho lo haciamos) que a verdadera pasion racinguista.
    Con el tiempo volvi a interesarme por el futbol y por River, pero salvo algunas escapadas solitarias al Monumental, no hubo nunca una real pasion futbolera de mi parte. Claro que disfruto del futbol en toda sus formas, ya sea con un River-Boca como con Albacete-Borusia Dortmund, pero entiendo que solo es eso, un juego, no la definicion del humor de mi dia.
    Por otra parte, de jugar algo bien pase con el tiempo a ser un jubilado del deporte, no se, hoy en dia me aburre jugar, en fin, la edad…
    Pol, haber sabido que tu primer visita al monumental fue con Amnesty, fuimos juntos!!

    ————————————————————————————————————————————-

    Pol dice:

    Así y todo doy fe que has hecho lo imposible por reunir una vez más al Estirpe y Disciplina!

  2. Como casi toda mujer que se precie, salvo un Boca-River(soy de River también)y un Mundial, en el que me veo presa de la locura futbolera, ODIO el fútbol.
    No entiendo como, una opción es ver algún partido de Arsenal y Mandiyú. No lo entiendo.
    Pero lo que mas me preocupa es: ¿como no averiguaste si el pibe se mató o no?

  3. Á mí el futbol me puede, soy fánatica de River, me veo hasta los partidos de la B. Y si puedo ir a la cancha mejor. Una vez le dije a mi hijo que mis cenizas (la mitad) tenían que ser esparcidas en el Monumental. A ese punto me afecta este deporte.
    Con respecto a lo que contás me impactó realmente, no me llamá la atención que solo quisieras correr con tu amiguito, que niño puede sostener algo semejante?
    Los niños como cuenta en sus historias Stephen King (del que también soy fana) pueden contra vampiros, hombres lobos, mascotas resucitadas, brujos malditos, payasos del infierno y mujeres fatales, pero no con una escena como la que describís.
    Sí, eso podría explicar lo que te pasa con el balón, porque de algún modo, ese colectivo 188 te agarró a vos también de costadito.

    te mando un abrazo (sin puteadas esta vez)

    Lilián

  4. Al fútbol lo disfruto como ex deportista. Me gusta el juego, me gusta ver cómo se juega bien al fútbol, pero el fanatismo, la simpatía por un equipo de fúbol, no es algo que disfrute (o padezca, según el resultado del partido).
    Mi papá me llevaba de chiquita al Viejo Gasómetro a ver a San Lorenzo(él iba a verlo siempre junto con un grupo de amigos), y a muchas canchas más… me encantaba la de Vélez (porque era más nuevita). El día que inauguraron el Carrefour de Av. La Plata, fuimos, nos paramos en el estacionamiento y lloró, yo no entendía por qué, y después entramos al híper y compramos una tacita de Kitty que yo quería.
    Recuerdo una vez que mi mamá no quería que vaya más a la cancha y, junto con mi complicidad (tenía unos 10 años), le dijimos que ibamos a pasear y terminamos en la cancha de Huracán en un importante partido, yo me caí en la popular y le dijimos que me había resbalado en el tobogán.
    A los 12 años empecé a entrenar en Argentinos Juniors y, nobleza obliga, la camiseta, representar al club, etc, etc, decidí ser hincha del Bicho. Hasta hoy no he cambiado de opinión, pese a no jugar más para el club, aunque francamente no sigo su campaña en el campeonato, ni me interesa.
    Se que eso de cambiar de equipo con el que se simpatiza, no está bien visto, pero, who cares?

  5. estoy totalmente de acuerdo con lilian sobre lo de stephen king.Es mas recuerdo q vimos en casa «stand by me», la mejor peli con libro de King.

    PD1: POL, ya sabiamos de tus dotes como fulbolista, pero igual siempre seras nuestro capitan de ESTIRPE & DISCIPLINA.

    PD2: perdon por el chiste negro, peroooo…
    LA PELOTA NO SE MANCHA

  6. Hinchas los balones del club a pleno pulmón! tu texto
    lleva olor a red y me hace levantar progresivamente del asiento (en sentido contrario a las agujas del reloj).Paradinha. Uff, gracias Pol.

  7. Uhhhyyyyyy!!!!!!!!!! es gigantesco lo que contás, imposible para los mínimos 8 añitos!!! No quisiera haber sido vos.
    Soy de river, y cuando jugamos un mundial soy re fan, si no No. No puedo entender la gente que se pone de mal humor si su equipo no gana, nunca sentí un fanatismo tan grande y realmente no lo entiendo, me estaré perdiendo alguna sensación Muy Importante????
    Saludotes
    Vane

  8. Bah, racinguista trucho…

    Ser de Racing es un ejemplo de masoquismo. Y como no podía ser de otra manera, yo lo soy.
    Ahora que estamos (una vez más) al borde del abismo de la B, recuerdo con gran nostalgia las épocas de verlo jugar en el descenso, en Vélez todos los sábados conmi amiga la tana.

    Y no sigo…creo que me diste tema para escribir.

    ————————————————————————————–

    Pol dice:

    Yo siempre digo: Vayámonos a la B, así tenemos una causa coherente por la cuál tener fe: Volver a primera!

Replica a javier galarza Cancelar la respuesta