Memorias encontradas en una cartera

Alguien dijo que en la cartera de una mujer podría llegar a esconderse el secreto de la creación. Yo creo que mucho más que eso, y de lo que fuí testigo una vez de niño merece ser contado.

Toda la familia reunida en una cantina del barrio de La Boca, una mesa con más de 20 personas festejando el cumpleaños de mi tía abuela. La cantina llena: ruido de platos, gritos de niños, sillas arrastradas, conversaciones tan entrecruzadas que generan lenguajes incomprensibles.

Y de pronto se corta la luz.

Se hace el silencio, algún niño llora, alguna voz propone calma es sólo un corte de luz. No pasan más que unos pocos segundos y mi abuela Raquel, una señora de su pueblo santafecino, una dama de otra época, sin decir una palabra, abre su cartera y saca de adentro

UN PAQUETE DE VELAS.

Ese día comprendí para siempre que las carteras de las mujeres contienen la verdad y la mentira, el misterio de la vida y la eternidad, la respuesta a todas las preguntas. Pueden ser la caja de Pandora o un regalo de dios. Muchas veces no me atrevo a abrirlas por miedo a encontrar mi propio fin dentro de alguna de ellas, aunque estoy seguro de que muy pronto en alguna encontraré la revelación que tan ansiadamente vengo buscando desde hace ya tiempo.

24 pensamientos en “Memorias encontradas en una cartera

  1. Por dentro hay cielo,
    escribo fuego.

    Tengo un rostro hecho de lucièrnagas,
    una cuarta parte de la espalda que naufraga en el mar muerto.

    Retengo un abecedario mudo,
    hablo como los animales dentro de un corral de oro.

    Por dentro hay fuego,
    escribo cielo.

    Saludos desde Colombia,,
    un abrazo fuerte,

    Cìclopa

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    Pol dice:

    Qué bonito regalo! Confieso que hasta la última frase esperaba encontrar la palabra «cartera» en su poema.
    Buenos Viajes!

  2. Las carteras de las mujeres son como las mujeres mismas. Algún día siempre uno encuentra en alguna la revelación que tan ansiadamente viene buscando..

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    Pol dice:

    Y siempre las llevamos colgadas? Y andamos metiendo la mano para sacar dinero? Y siempre hay algún malhechor dispuesto a arrebatarlas en la calle?

    Mejor que no.

  3. Una genia tu abuela! Me identifico con ella porque es asombroso lo que puedo llevar en mi cartera. Además, el rejunte de curiosidades es acumulativo en la cartera que uso todos los días. Y voy trasladando eso hasta que la cambio por la de otra estación (dos veces por año) o me compro una nueva. Ejemplo de objetos que permanecieron meses ahí: adaptadores de enchufes, destornilladores, bolsitas de azúcar o condimentos, un minibotiquín, cds, clips, libritos, gomas de borrar, juguetes, cosméticos, hebillas, etc. Todo lo que entre, jajaja.
    Saludos!!!

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    Pol dice:

    Además hacía las mejores milanesas.

  4. Lo único que no se encuentra en las carteras de las damas son las llaves cuando estás frente a la puerta, la birome cuando tenés que agendar un número, la billetera cuando tenés que pagar, los kleenex cuando estás en el baño y ya no hay un mísero pedacito de papel higiénico, el celu cuando está sonando. Y empezás a revolver y sale EL MUNDO ENTERO DE AHÍ, pero jamás, nunca, never, lo que realmente estás buscando.
    El contenido de las las carteras se parecen en definitiva, a los novios malos: sabés que los tenés pero nunca están cuando se los necesita.
    Y te aviso por las dudas: tu abuela, es una excepción.

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    Pol dice:

    La comparativa de una cartera con un novio me dejó intranquilo.

  5. En mi caso, la mayoría de las veces la cartera me lleva a mí (además de mil demonios, sobre todo en febrero)
    te quiero

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    Pol dice:

    Tu cartera te quiere!

  6. Cuando me robaron la cartera imagine que el idiota que me la robo debio haberse reido al menos 40 minutos reloj con la cantidad de pelot…digo, de cosas que tenia ahi adentro.
    Maldito.

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    Pol dice:

    Esperá…¿la tuya era la que tenía la caja de curitas vacía?

  7. Ah, si, pero las carteras de las mujeres d eahora son tan pequeñas que una vela aromática/saborizada podemos encontrar nomás, para hacer reiki.
    ¿Por qué no cartera para hombres ya? Me acuerdo las sobaqueras de nuestros viejos, aburridas y llenas de documentos.
    en la mía sólo habría cigarrillos y diferentes envases de mp3

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    Pol dice:

    Mi tío a la sobaquera le decía «la maricona».
    Me sigo riendo con las velas saborizadas.

  8. Y sí… tu abuela la tenía clara. A veces hago la famosa «limpieza» de cartera: junto valor y saco todo dispuesta a sacar definitivamente las cosas que «no tiene sentido» tener.

    Obviamente termino con la cartera ordenadita pero con el mismo peso matador.

    Las mujeres y nuestras carteras, no tenemos remedio che…

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    Pol dice:

    Sí, también tienen remedios.

  9. en las mías siempre encuentro lo perdido. entre debajo de la cama y mis carteras hay un túnel conductor de objetos y secretos.

    si, si.

    posta.

    una vez arriba del bondi, queria sacar las monedas para el boleto, y en cambio logré sacar un corpiño.

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    Pol dice:

    Diosmelibre, que espectáculo provocador!

  10. pues también merece honra el bolsillo del caballero.
    compañero del alma, compañero.

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    Pol dice:

    En el bolsillo del caballero sólo hay: billetera, quizás pañuelo, posiblemente celular y a lo mejor llaves.

    • Eso si que es un bulto!

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      Pol dice:

      ¿Cuál?

  11. Y lo bien que hace en no andar metiendo las narices en la cartera de una lady,eh?!

    Yo podrìa asegurar que Mary Poppins me envidiarìa… 😉

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    Pol dice:

    Meter literalmente la nariz en una cartera es aún más peligroso que cualquier otra acción!

  12. A veces son el mismo infierno y te perdes.

    Te dejo un beso enorme

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    Pol dice:

    Sí un día yo metí la mano y saqué un satán.

  13. Mi mamá llevaba en su cartera una pequeña daga japonesa para el caso de encontrarse con un atracador y tener que agujerearlo a la altura del ombligo.

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    Pol dice:

    Por lo que me cuenta su mamá me recuerda a Beatrixx Kiddo.

  14. ya es el segundo cuento que transcurre en una cantina de la boca(me parece).
    que son los campanelli hebreos?
    me lo puede aclarar.

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    Pol dice:

    No recuerdo el otro cuento en la cantina, pero es posible que ya olvide cosas e incluso que comience paulatinamente a escribir dos veces la misma historia.
    Más que Campanelli hebreos, yo diría que nunca hemos sido buenos judíos.

  15. Y con la paranoia que supimos conseguir, como dice Julio, ahora llevamos objetos cortopunzantes, aerosoles irritantes, martillos y algún que otro material contundente como un ladrillo o parte del adoquín de la cuadra que desechó Macri después del décimo asfaltado.

    La moda ayuda ya que se usan carterones donde es posible llevar al gato/perro, la notebook, el mate y por qué no, el Ulises de Joyce que como denso es denso y también puede convertirse en arma mortal.

    saludos

    Lilián

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    Pol dice:

    Tu cartera sí que es de temer.

  16. Pol dice:

    Y siempre las llevamos colgadas? Y andamos metiendo la mano para sacar dinero? Y siempre hay algún malhechor dispuesto a arrebatarlas en la calle?

    Mejor que no.

    Yanina dice:

    ..y.. a veces sí.

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    Pol dice:

    Mi próximo escrito podría entonces llamarse: Memorias encontradas en una mujer.

  17. actualmente muchos carteristas tambien fueron alquimistas pero la crisis. la oca accion hace al ladron.una vez encontre una cartera en un hospital y madre me dijo que la devolviera que inmadura. abrazos capo.

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    Pol dice:

    Ya lo decía usted es un ladrón de carteras de cocodrilo.

  18. hermoso post, y muy cierto además!

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    Pol dice:

    Pero claro que es cierto! Yo estuve ahí!

  19. En mi cartera es donde guardo todas mis mañanas. Cuando paso un largo rato de cargar con esa bolsa de 5 kg es cuando me doy cuenta de que me converti en una mañosa tremenda.

    Saludos.

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    Pol dice:

    ¿Y qué sucede con las mañanas en su cartera cuando se hace de tarde?

  20. Una fenómena su abuela.
    En una época mía (hace tieeeempo) llevaba un platito para cuando compraba un pebete o un pancho y comía en la lleca, entonces lo sacaba, haciendome la: Uy justo me encontre un plato, apoyaba mi sambuche y comía sonriente. Pero se me pasó por gracia de dios, ahora estoy mejor.

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    Pol dice:

    «Uy justo me encontré un plato» es un hecho difícil de creer, por otro lado la señal clara de que usted ahora está mejor pienso que no es esa, sino que ya no come más el pebete o el pancho «al plato»…

    Salud!

  21. …es hasta el dia de hoy que no me atrevo abrir ni la cartera de mi madre.
    el mayor de mis respeto esta centrado en ese abismo que se abre de miles de formas, en miles de mundos que alli se encuentran…

    siga asi, siga.

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    Pol dice:

    Alice in Carterland: la cartera es el hoyo del conejo!

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